Así como sucede en la sociedad, las empresas también necesitan ciertos valores y principios bien definidos para lograr alcanzar el éxito deseado. Para ello es necesario que todos los trabajadores los compartan y los pongan en práctica, de esta forma las organizaciones pueden desarrollarse de la mejor manera. Estos valores o hábitos son los que se conocen como cultura organizacional, y ayudan a facilitar que las ideas principales de la estrategia empresarial puedan estar claras y conduzcan al logro consecutivo de las metas.
No importa el puesto que ocupen los trabajadores dentro de la empresa, ya que todos estos deben identificarse con los principios definidos en la cultura organizacional. Así podrá existir un adecuado comportamiento y se generará un compromiso que pueda derivar en una mayor responsabilidad social. Para ello se debe tener muy clara la visión y la misión de la empresa, y una vez plasmada trasmitir a los trabajadores y así poder enfocarse en los objetivos a mediano y corto plazo.
Los principios que engloban la cultura organizacional
Las pautas que se toman dentro de la cultura organizacional buscan generar en los miembros de la empresa un sentido de pertenencia, lealtad y orgullo. Para que así desde la base jerárquica se pueda compartir esa idea inicial que el fundador ha tenido desde un punto de vista más sentimental y no económico.
Este enfoque más humano vendrá dado por valores como el compromiso, la confianza, la responsabilidad y seguridad, la honestidad, la eficiencia y la creatividad, entre otros. De este modo los trabajadores no solo tendrán una determinada cualificación profesional, sino que su desempeño personal serán claves a la hora de su contratación.
Importancia de tener los valores muy claros
En el momento en que se plantea la estructura de la cultura empresarial sale a relucir información primordial. Ya que es posible que por medio de una matriz de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, se logren detectar los obstáculos más relevantes que posee la empresa para seguir creciendo, además de encontrar las posibles soluciones a estos. Así es posible generar nuevas estrategias o adaptar los procedimientos con el fin de mejorar el rendimiento.
El clima laboral es de gran importancia, por lo que mantener una cultura organizacional con el que los empleados puedan echarse la mano y puedan trabajar en equipo, incidirá directamente en los resultados deseados.
¿Cuáles son los tipos de cultura empresarial?
Las características que pueda tener la cultura que una organización quiera adaptar viene dada de acuerdo al tipo de empresa y los objetivos que se plantean desde la dirección. De este modo, una cultura responsable está orientada al trabajo de interés social y ético. Por lo que en este caso los valores se promueven desde un punto de vista moral que asegura un modelo sustentable, tratando de satisfacer las necesidades de los clientes.
Por otro lado, una cultura humanística estaría enfocada a la atracción de talento y la generación de relaciones interpersonales de calidad. Este tipo de principios promueve el trabajo en equipo y la solidaridad entre compañeros.
La cultura competitiva por su parte, está centrada en generar un impulso creativo e innovador en los empleados permitiendo su desarrollo. De esta forma, se premian los logros y los resultados para que así los procesos dentro de la organización sean muy eficientes.
Implementación de una cultura organizacional responsable
Una vez la empresa tiene una cultura de empresa claramente definida, es mucho más sencillo que pueda comprometerse a ser socialmente responsable. Si los trabajadores ya tienen claro ciertos valores y principios a nivel empresarial, es más factible que se puedan desarrollar proyectos ligados a la campaña de responsabilidad social.
Para ello es importante definir a que grupo o comunidad se desee ayudar y definir un grupo de trabajadores que pueda planificar las acciones a llevar a cabo. Esta planificación pasa por la de generar los objetivos y metas que se podrán medir al finalizar la campaña para identificar posibles mejoras. Asimismo, es primordial comunicar el impacto y los resultados obtenidos a través de una estrategia de comunicación con las acciones tomadas en cuanto a la responsabilidad social empresarial.